lunes, 11 de junio de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
MURIO EL SACERDOTE MARONITA JESÚS CUEVAS VENTURA
Este domingo 10 de junio de 2018, por la tarde, rápido corrió la noticia en Chilpancingo: Murió el padre Jesús Cuevas Ventura, el padre Cuevas.
Impactante, sorprendente, dolorosa noticia.
El sacerdote era alto, gordo, alegre, dicharachero, amistoso y siempre luchando por ser reconocido como ministro católico por la diócesis Chilapa-Chilpancingo donde desde que regresó a Guerrero, decía que no lo aceptaban por ser Sacerdote Maronita.
Sin embargo, en Líbano, propiamente en Beirut, cuando un grupo de viajeros arribamos a la catedral Maronita de la antigua Baritas, Urbina, su hermana, quien iba al frente de los turistas mexicanos, se acercó al obispo cuando con otros religiosos salía dela imponente catedral, lo saludó y lo primero que hizo aquél jerarca, elegantemente vestido, fue preguntar por el padre Jesús, a quien se refirió con prof
undo cariño y admiración.
Y es que el desempeño de su oficio en México, no fue cualquier cosa. Estuvo a cargo, en la capital del país, del templo al que los domingos asiste a misa con su familia Carlos Slim y otros personajes de ese nivel social y económico.
Pese a ello, el padre Jesús Cuevas Ventura presumía: “Nosotros somos mochitecos y nos dicen los frijoleros, desde que llegamos a Chilpancingo”. Cosa cierta cuando don Bartolomé y su esposa junto con sus hijos se establecieron en Chilpancingo y comenzaron a vender frijol en el mercado.
Josefina y Urbina, las hermanas mayores se dedicaron a trabajar y a estudiar, Urbina optó por los viajes y puso su agencia y varias veces le dio la vuelta al mundo llevando grupos. Esa misma actividad la desempeñó el padre Jesús repetidas ocasiones.
En tanto que el resto de sacerdotes lo veían con cierto desdén, el padre Jesús se dedicó al desempeño de su ministerio y mucha gente le siguió en la celebración de misas que hacía al pie del altar de la virgen de Guadalupe en el mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla” y asistía a compartir sus conocimiento y mensajes con varias agrupaciones, entre otras en los grupos de Alcohólicos Anónimos.
Se significó por la celebración que cada año dedicó con mucho ahínco al Padre Jesús, en su propia casa de la calle de Justo Sierra en los primeros días de agosto, domicilio adonde llegaban peregrinaciones de católicos llevando fruta, pan, flores, obsequios, vestimenta para el  santo Señor y grupos musicales del famoso Chile Frito, mariachis en tanto que él dirigía grupos de cocineras para que a los invitados se les repartiera pozole, mole, pan, refrescos, todo en abundancia, y recibía visitantes que venían de otros estados.
El padre Jesús Cuevas Ventura, ha muerto, lamentablemente, pero nos deja su ejemplo de amistad. Descanse en paz.

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