Fue un privilegio enorme ser tu hija y haberte acompañado en esta jornada. Nunca podré agradecer lo suficiente la bendición de llenarme de tu vida hasta recoger como lo más preciado tu último suspiro. Vuela libre pá, ya estás bien...ya no sufres. Sigue inspirándome y dile a mi má cuánto los amo a los dos, ahora juntos en la eternidad. Te amo siempre queridísimo papá...(Leer PoliCrónica).
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