viernes, 17 de agosto de 2018

ARTÍCULO

La educación de
los milenials
Apolinar Castrejón Marino
“Cambio a Telcel, con tu mismo número”, “Yo amo Herbalife”, y “Cursa tu prepa en 6 meses”. Estas son las consignas que salen de la boca de tantos jóvenes que “trabajan” en la calle, en sitios públicos, y en cualquier lugar muy concurrido.
A falta de un empleo bien remunerado, con prestaciones de acuerdo a la ley, vacaciones pagadas y ascensos, tienen que conformarse con trabajos temporales ¿Por qué sucede tal cosa?
La causa principal de que las personas no puedan conseguir un buen empleo, es porque carecen de preparación y de estudios. Según datos oficiales, de cada 100 niños que ingresan a la educac
ión secundaria, 10 no la concluyen. La causa principal es que son de escasos recursos económicos, y tienen que trabajar para ayudar en la economía del hogar.
Pero hay otras causas menos aceptables: muchos chiquillos se dedican a la vagancia, otros se involucran en las drogas, y gran cantidad de niñas resultan embarazadas. La misma situación se repite en los otros niveles escolares.
A decir verdad, la culpa no es realmente de los niños y jóvenes, pues su falta de motivación para el estudio, es lo que ven en la vida cotidiana. Aún a su corta edad, ellos se dan cuenta de la corrupción que impera desde el gobierno. En el Estado de Guerrero, la forma establecida es “comprar una plaza”, o conseguirla por medio de una “recomendación”, o a través de las “influencias” de un familiar, compadre o amigo.
El ingreso a la educación media superior, preparatoria o bachillerato, también está dominado por la corrupción. En la ciudad de Chilpancingo, está institucionalizado que cada trabajador de esas escuelas, tiene “derecho” de pedir el ingreso de 3 jóvenes: familiares, amistades, o mediante el clásico “moche”.
Muchas otras estafas, se generan desde las “dependencias oficiales”: las carreras terminales, que por definición son conclusivas, por arte y magia de las autoridades educativas, se convierten en equivalentes de la preparatoria o bachillerato.
Y el desorden se gesta desde los altos niveles de la secretaria estatal de educación, porque permiten que algunos establecimientos educativos, operen ostentosamente fuera de sus márgenes: la Universidad Pedagógica Nacional es una  institución que proporciona conocimientos y estrategias para los docentes de nivel primaria, que se encuentran en servicio.
Como todos sabemos, y es lógico, las escuelas normales para maestros son las encargadas de formar a quienes han elegido prepararse para dar clases en educación primaria o preescolar, entonces ¿con que facultad, la UPN tienen entre su alumnado, a jóvenes que están estudiando para maestros (licenciados en educación)?
Lo que sucede inexorablemente, es que quienes cursan la carrera de educadores en esta institución –fraudulenta– que al concluir su preparación, se enfrentan con la triste realidad de que no tienen derecho de exigir una plaza al gobierno, y en el peor de los casos, sus estudios carecen de validez oficial.
Y hablando de instituciones “patito”, a últimas fechas, nos hemos dado cuenta de la gran cantidad de “universidades privadas” están ofreciendo carraras muy atractivas, a cursar en solo dos años, o en turnos de fin de semana. Un regalo ¿No?
Con ellas, el problema es que las mensualidades, los uniformes y los materiales educativos, son muy caros. Pero vienen a satisfacer la demanda de escuelas que el gobierno no puede, o no quiere establecer. Y también viene a satisfacer los requerimientos de esas familias de pobres ricos, de quienes sus cachorros no quieren revolverse con la “peluza”.
Finalmente, ahora nadie va a la escuela porque quiera aprender. Niños jóvenes y hasta ancianos van a la escuela, por ese papel que les darán al concluir sus estudios, y que independientemente lo que hayan estudiado, les permitirá solicitar un empleo.
Lo más novedoso es que los jóvenes van a la escuela, o estudian inglés, computación, “arte y diseño” o “belleza”, para entretenerse en algo y no aburrirse en su casa.

1 comentario:

  1. Los millenials, desgraciadamente, no son gente confiable, cambian de opinión cada dso horas, a veces dá la sensación que todos son del signo libra

    ResponderEliminar

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.