lunes, 13 de agosto de 2018

ARTÍCULO

Legalización de
Los alucinógenos

Apolinar Castrejón Marino
En el Estado de Guerrero, los sierreños “se han organizado” para pedir al gobierno, que la propuesta de legalización de los sembradíos de amapola y mariguana que ha elaborado el congreso local, sea enviada a la cámara de diputados, tomando en cuenta sus opiniones. Ja, ja.
Y luego que todos siembren esas plantitas y ya nadie quiera sembrar maíz, nos pueden decir ¿Qué van a comer? Confiamos que los sierreños sabrán poco de la historia de Cuba. Por eso vamos a ilustrarlos, que para satisfacer los intereses económicos de los empresarios norteamericanos, durante el gobierno de Fulgencio Batista, decretó que todos los campesinos deberían sembrar únicamente tabaco.
Al poco tiempo, grandes extensiones de tierra, producían toneladas de tabaco de la mejor calidad, que eran enviadas a las empresas cigarreras de todo el mundo. Pero como es sabido, el tabaco no se come, y tomando en cuenta que los cubanitos tienen la inevitable costumbre de comer, en los siguientes años, los precios de los productos de consumo diario se dispararon hasta el infinito: maíz, arroz, frijol, carne, leche, huev
os, etc. etc.
Los empresarios gringos se hicieron extremadamente ricos, mientras los campesinos cubanos quedaron sumidos en la más espantosa pobreza, de la cual aún no se reponen. Existe la percepción mundial de que los puros cubanos son únicos en el mundo, pero esto en nada ayuda a mejorar las condiciones de vida de los cubanitos…que sembraron tabaco en lugar de maíz. ¿La caña de azúcar? Ah, si de ese tema les hablaremos otro día.
Volviendo a la región sierreña del Estado de Guerrero, que abarca los municipios de Chichihualco (Leonardo Bravo), Tlacotepec (Heliodoro Castillo), Atoyac, y Petatlàn, diremos con toda seguridad que hay una variada e insospechada actividad económica.
Por las montañas, lomas y barrancas, deambulan enormes rebaños de casi 500 cabras, conducidas cada una por una media docena de “chiveros”, que viven por allá, todo el año. Es público y notorio que en cada ciudad y pueblo de la entidad, se consume diariamente una gran cantidad de carne de ese ganado caprino, en forma de la comida que llaman, barbacoa, “chito” o simplemente “chivo”.
Por los caminos más escabrosos de la sierra, donde no pueden transitar vehículos de gasolina, se ven avanzar manadas de cerdos (piaras), que los “empleadores” van a comprar a las rancherías y poblados, y luego los conducen “a pie” hasta donde los pueden subir a camionetas de carga.
Se les ve caminar muy temprano, para aprovechar “la fresca”, o por la tarde, pues después de las 10 de la mañana, los cerdos -muy gordos- no pueden hacer el esfuerzo de caminar, porque se mueren de insolación. La carne de estos animales es muy apreciada, en los mercados, porque durante su crecimiento, andan sueltos en el campo, donde comen hierba, pasto y zacate, y no basura como los de los pueblos más grandes.
Por las carreteras de Atoyac, diariamente se ven bajar muchos tractocamiones cargados de trozos de madera, hacia los aserraderos, que ahora se encuentran en las grandes ciudades, para procesarla. Vale decir que es un secreto a voces, que la tala de los árboles, es incontrolada, e ilegal. Pero es tolerada por el gobierno, y no deja ganancia alguna a los sierreños, que son los dueños originales.
Los terrenos de la sierra se auto fertilizan con la hojarasca de los árboles, y no lo va usted a creer, pero también con las cenizas y el carbón de los incendios. Como sea, ahí progresan de manera espontánea árboles frutales de guayabas, mangos, huamúchiles (que allá les llaman pinzanes), nueces, duraznos, aguacates y zapotes. Esto podría significar una gran riqueza, si tuvieran la manera de transportarlos hacia los grandes mercados.
Finalmente, vamos a decir que en la actualidad, en las comunidades más, más apartadas de la sierra, un litro de maíz cuesta lo doble que en “el pueblo”. Lo mismo sucede con el aceite, el azúcar, la harina y el frijol. La cerveza se comercializa a 5 veces su precio, pero de esto, nadie protesta.
Desde luego que los caciques tienen sus buenas recuas de mulas y sus gañanes que les transportan sus mercancías, y son los más ricos. ¿Y los sierreños creerán que con la legalización de sus sembradíos van a vivir mejor? De verdad, no se tienen ni tantita lástima.

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