jueves, 30 de agosto de 2018

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
Aunque ya estamos por darle gracias al mes de agosto de este año corriente, y que estamos preparándonos para las fiestas patrias con una nueva camada de diputados y diputadas que conformarán la LXII Legislatura local, que entrarán al relevo para empezar a trabajar con muchas ganas de ver cómo diseñan su agenda pensando en el bienestar popular, debido a que ahora sí llegan elegidos en las votaciones del mes de julio (apenas) con una mayoría sobrerrepresentada del Parti
do Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), luego le siguen en segunda fuerza los del Revolucionario Institucional (PRI), y en tercera posición los de la Revolución Democrática (PRD), en donde los demás partidos, con presencia y todo apenas quedaron “rasguñando” sus metas, para ocupar sus curules, pero sin la solidez de los tres mencionados. Queda claro que la primera fuerza de Morena es la que empezará a tomar la delantera para cualquier iniciativa, movimiento o toma de decisiones, ya dentro de la estructura organizativa del Congreso del Estado de Guerrero, por eso es que ahora mismo se buscan de entre esos prominentes diputados y diputadas “morenistas” al que pueda cohesionarlos para tener una agenda de acuerdo a los principios que conmovieron el corazón y sentimiento de quienes dieron su voto, pero no por los “morenistas” sino por quien proyectó una luz de esperanza en un gobierno del caos, la desidia y hasta la criminalidad encubierta. Aunque los promotores del proyecto por la transformación del país, o de la Cuarta república se ha tratado de desvincular o desmarcar del resplandor de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), apuntalando que Morena no solamente es un partido sino que se mantiene como un movimiento social, sin embargo, es precisamente este icónico personaje quien les confieren esa categoría de ganadores.  Es un dilema considerar que personaje y movimiento social puedan cargar por separado las esperanzas depositadas en urnas, para buscar la transformación de nuestro país, en darle otra ruta con una renovación de las viejas estructuras y sistemas del poder. Por eso es que aunque Sergio Montes Carrillo como representante de Morena ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) en el estado de Guerrero, afirmó esa sana distancia en un pobre foro regional realizado semanas atrás en Chilpancingo, en lo personal considero que está complicado hacer esa desvinculación. Al contrario, mi pobre intelecto mantiene la sensación de que AMLO y Morena son uno solo, indivisible, especialmente si tienen agendas en temas coincidentes o convergentes. Por cierto, como parte de este ritual sucesorio en donde al parecer todavía los “morenistas” no eslabonan sus intereses generales con el fin de potencializar lineamientos para el bienestar de una gran parte del pueblo de Guerrero en materia legislativa, al acudir al inmueble de marras, pude saludar a todo el gremio al que pertenezco, en donde pude percatarme que en este ritual sucesorio es un caos, debido a que a pesar que Morena es mayoría, sus diputadas y diputados no  hacen “match” con sus agendas, ocasionándose un vacío comunicacional, no se diga el organizacional. De hecho, está quedando confirmado que quienes no tienen trabajo exprofeso, sí pasan por el escrutinio social, preguntándose de dónde salieron porque en algunas situaciones excepcionales, pudieron ganar porque se ampararon  bajo la tutela de AMLO, casi de manera inesperada, siendo ganadores y ganadoras en urnas, aunque sin trabajo en grupos vulnerables o con organizaciones sociales, o sea gestoría. En fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.