jueves, 30 de agosto de 2018

NOTA

Instituto Windsor rechaza queja
y niega documentos a ex alumna
Tino Gatica/Colaboración Especial.--En una trama que denota varias irregularidades, entre las que se percibe el tráfico de influencias, presión, amiguismo, componendas entre autoridades educativas del gobierno del estado, desde el momento en que se denunció por escrito una queja de una ex alumna del “Instituto Windsor” porque no le entregaron su documentación para continuar sus estudios superiores, hasta un sistema escolarizado que prepondera el dinero antes que la acade
mia, es la que denunció ante este periodista  Julia Méndez Hernández, quien desde hace años que se fue a trabajar a Toronto, capital de Ontario (Canadá). También, se deja constancia que desde el mes de enero a marzo del año 2004 tiempo en el que interpuso una queja para su intervención ante la Procuraduría de la Defensa del Consumidor (Profeco) y posteriormente la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), no ha recibido sus documentos mucho menos una certificación, quizá como un afán de venganza de parte del matrimonio formado por los dueños del “Instituto Windsor”, Tony B. Haden Atkinson y Martha Torres, a quienes en esa misma denuncia escrita de la que este periódico tiene copia, la agraviada acusa de groseros, déspotas, prepotentes y demás, siendo testigos en su momento sus compañeros de clases.
En documentos hechos llegar a “La Crónica, vespertino de Chilpancingo”, la denunciante narra pormenorizadamente su situación de vida, de cómo es que vivió en el estado de Guerrero y cómo le costó mucho superarse, cursando estudios de primaria y secundaria en escuelas públicas, siempre con gusto por el idioma inglés. De esa manera es que se inscribió en el “Instituto Windsor” que se encuentra en la calle “Sofía Tena” número 1 de la colonia “Margarita Viguri” con sede en esta ciudad capital.
En ese instituto cursó sus estudios de preparatoria, pero por cuestiones laborales es que se dio de baja para aceptar una oferta de trabajo como coordinadora del área de Inglés en otra escuela privada. Cabe mencionar que la denunciante, Julia Méndez Hernández, estudió ese mismo idioma como materia en otras escuelas de Estados Unidos, en donde estuvo trabajando.
Y es que es en esta etapa en que se reinscribe en esta mencionada escuela de inglés, cuando buscando actualizarse y cursar estudios superiores para obtener una licenciatura, sin embargo, en esta misma etapa en que pide permisos especiales para ausentarse y dar clases en esa materia en otras instituciones educativas. Todo  este procedimiento lo hizo verbal a la subdirectora del “Instituto Windsor”, identificada como Beatriz Maldonado, misma que nunca mostró objeción.
Con ese consentimiento verbal es que la denunciante Méndez Hernández, pudo dar clases e ir cumpliendo con sus estudios, pero debido a que empezó a dejar de pagar sus colegiaturas es que se le ordenó una suspensión hasta que se regularizara. Ante esa situación es que ella optó por salir del “Windsor” e inscribirse a otra escuela, sin embargo es en este proceso cuando la Dirección le dilata la entrega de sus documentos, por lo que no puede ingresar a donde era su deseo. Todos sus papeles se los darían hasta que pagara sus adeudos, es lo que siempre le machacaron. Pese a que ella tuvo los mejores argumentos de que pagaría se encontró con la cerrazón y dureza de ese matrimonio, según se asienta en su denuncia pública en donde constantemente escuchó que esa escuela “no es institución de beneficencia pública”.
Luego de sortear una serie de agravios, sobre todo por la falta de no regularizarse en sus pagos, es que ella acudió a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para denunciar esos actos, en donde ahí mismo la citaron para “carearse” con el matrimonio antes mencionado. Y por supuesto que ellos no acudieron a esa cita sino que pidieron los servicios de un bufete de abogados representados por Manuel Francisco Saavedra Flores, quien en su escrito deslindó a su cliente, con los tecnicismos adecuados para este caso. El argumento de esta defensa es que ella “dejó de asistir en periodos en que habría podido regularizarse en las materias que no había acreditado por no asistir a clases o por no alcanzar calificaciones aprobatorias”.
Luego de desahogadas esas diligencias en donde ella tenía un adeudo de pagos atrasados por cursar esos estudios en el “Instituto Windsor” es que se estableció un compromiso de pago, teniendo un tiempo fijado, en donde la denunciante pidió los documentos. La Dirección de esa escuela no se los entregó pues no recibía el dinero acordado, sin embargo, ella prometió su palabra que sería en el término del plazo, pero ya no recibió respuesta.
A decir de la denunciante es que esos papeles serían para obtener una beca y cursar sus estudios en Japón, pero como todo se entrampó es que perdió esa oportunidad. Y pese a más solicitudes que hizo, tuvo otros obstáculos que no pudo salvar, además de que a entregar una documentada denuncia ante la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) cuando el contador público Daniel Pano Cruz era su titular, todo se empezó a enfangar más.
Así es que Julia Méndez Hernández, se desalentó y se fue a trabajar fuera del país, porque no pudo complementar sus estudios, que se “atoraron” en ese “Instituto Windsor” en donde vivió en carne propia el tráfico de influencias, corrupción y otros males que se propician ahí dentro, siendo desde el año del 2004 en que denunció su caso, pidiendo la intervención de las autoridades de la SEG, tiempo en que era gobernador el priista René Juárez Cisneros, que no prosperaron por las razones expuestas.
Cabe mencionar que han pasado catorce años en que ella abandonó su defensa, por lo que no tiene más estudios superiores, al no contar con documentos certificados de ese instituto de inglés con sede en Chilpancingo, pero es ahora que la reactiva en este año 2018, sobre todo para dar a conocer anomalías que padeció en ese penoso proceso, y si es que alguna autoridad pueda ayudarla en su caso, aunque actualmente radica en Toronto, capital de Ontario, Canadá, ocasionalmente visita o se comunica con sus familiares que tiene aquí en el estado de Guerrero.

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