jueves, 4 de octubre de 2018

ARTÍCULO

Paideía
 Efraín Flores Maldonado*
“La educación es el encendido de una llama, no el llenado de un recipiente”. Sócrates.
El proceso histórico dirigido a la formación espiritual, fisica e intelectual del ser humano y las sociedades en la que desarrolla su vida cotidiana, se fué dibujando de manera gradual hasta lograr el diseño de un ser ideal para ser reproducido infinitamente durante el tiempo por venir. La familia, tribu, clan, linaje… comunidad y ciudad, fueron emergiendo al paso de los milenios. En dicho trayecto, se construyó el concepto de nación, patria, estado, educación… y cultura. Los juglares, poetas y filósofos, fueron eslabones poderosos que dibujaron los perfiles primigenios de la educa
ción popular y los primeros contenidos del conocimiento científico y los rudimentos de la pedagogía. Los griegos, especialmente Esparta y Atenas, crearon el concepto de “Paideía”, que significa educación del niño, su proceso de crianza, entendida como la trasmisión de valores, que acompañaban al infante para “saber ser”, completando su conocimiento con saberes técnicos elementales y fundamentales, que lo hacían competente para “saber hacer”. El contenido básico de la “Paideía”, estaba representado por la gimnasia, geometría, gramática, retorica, matemáticas y filosofía. Los griegos, con una población ciudadana reducida, procuraban magnificar los alcances del intelecto, hasta construir un ser ideal aristocrático, con virtudes de educación y cultura, que los ubicara en la “humanitas”, que finalmente se trasformó en humanismo, vinculado a la educación, la cultura, la ideología, filosofía y virtud máxima de los griegos. A esa virtud le llamaron “Areté”, concepto desarrollado de la crianza de caballos que generaban su máximo rendimiento en las competencias. Homero en sus obras “la Ilíada” y “La Odisea”, se convierte en el educador del mundo helénico, en las cuales destaca las virtudes básicas del hombre griego, tales como su templanza, valor, dignidad y condición humana. Werner Jaeger, nacido el 30 de julio de 1888, en Lobberich, Alemania y fallecido el 19 de octubre de 1961 en Boston, Estados Unidos, en su opus magna “Paideía”, publicada en 1934, a lo largo de 1,151 páginas, nos conduce con larga paciencia, por los laberintos del proceso educativo del mundo griego, desde la antigüedad a la modernidad. Expone y sintetiza… crítica y corrige rasgos y bases de la educación universal. Desmenuza los dos textos de Homero. En “La Odisea”, se detiene críticamente en el pasaje donde Ulises, también conocido como Odiseo, Rey de Ítaca, emprende un largo viaje y deja en su hogar a su esposa Penélope, quien, para esperarlo pacientemente, empieza un tejido de hilos infinitos, que dejará de acomodar hasta que su esposo regrese. Abundantes pretendientes la enamoran, mientras su hijo Telémaco, celoso los ahuyenta y programa salir a la búsqueda de su padre. Su ayo… su maestro, estaba muy cerca de él, le enseñaba, lo aconsejaba, lo escuchaba, conocía su vida y sus problemas y lo acompañó en el viaje en la búsqueda de su padre Ulises. Su ayo se llamaba “Mentor” … y desde entonces ha merecido ese calificativo, todo aquel enseñante que dedica tiempo y cuidado de sus alumnos más allá del estrecho espacio geográfico de las aulas de la escuela. En síntesis, la “Paideía” histórica y actual, se sintetiza en la atención integral de quien enseña, orientando, acompañando y protegiendo en la medida de lo posible, a la juventud que tiene asignada para su educación. *Doctor en Ciencias de la Educación.

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