lunes, 14 de enero de 2019

ARTÍCULO

El muro por el
apoyo a Maduro
Esteban Valdeolivar S.
Se acabó la luna de miel con el presidente de los Estados Unidos de América.
No bastó la presencia del Secretario de Estado, Mike Pompeo e Ivanka Trump, y el cronometrado arribo a México de Nicolás Maduro y salida de nuestro país de los enviados estadounidenses para no coincidir en la toma de posesión del presidente de Estados Unidos Méxicanos.
La primer señal vino con el arribo de caravanas de centroamericanos que cruzaron la frontera de nuestro país para llegar a Tijuana y crear un problema de todos conocido, a tal grado de se
r contenidos y reprimidos con gas pimienta y balas de goma, al intentar cruzar ilegalmente a territorio del condado de San Diego.
La gota que derramó el vaso fue la negativa del gobierno de México de firmar el acuerdo del Grupo de Lima para rechazar y no reconocer al gobierno de Nicolás Maduro, a lo que la Cancillería mexicana se opuso invocando la Doctrina Estrada con los principios constitucionales de política exterior de no intervención y autodeterminación de los pueblos; asimismo, con la abstención de México en la Organización de Estados Americanos (OEA) en la aprobación de la resolución que declara ilegítimo al nuevo gobierno del gobernante venezolano y por si esto fuera poco, el vocero del gobierno de Trump declaró que no reconoce al gobierno del dictador Maduro; para cerrar el círculo, la cancillería rusa acusó al gobierno de los Estados  Unidos  de atentar contra  la soberanía de Venezuela.
En esta coyuntura, se alineó el diferendo interno entre ell jefe de Estado estadounidense y la Cámara de Representantes (diputados) ahora con mayoría del Partido Demócrata, al oponerse a otorgar financiamiento en el presupuesto fiscal de este año para continuar con la promesa de campaña de Trump en la construcción del muro o barrera de acero en la frontera con México.
La respuesta de dos bandas no se hizo esperar y el presidente Trump se dirigió en conferencia de prensa en la Casa Blanca dirigida a sus conciudadanos y alertar de los “peligros y riesgos” que implica tener vulnerable para la seguridad nacional, un muro o barda inconclusa.
Trump presionó y apretó el paso, trasladándose el jueves pasado a Mcallen, Texas, e insistir con su discurso en la asignación del presupuesto requerido al Congreso de mayoría demócrata, en la construcción de la “barda de acero” -como ahora la llamó-  y así detener a los ilegales que representan un “riesgo y peligro” para los Estados Unidos.
Y en esta lógica de la aplicación de los principios de no intervención  y autodeterminación de los pueblos, la construcción del muro o barda en la frontera con México, es una determinación soberana del gobierno se los Estados Unidos, por lo tanto, son de observarse y respetarse también los mismos principios de nuestra política exterior, o no?
Como afirma el clásico: en política no hay coincidencias y en política internacional, menos…
Cómo siempre, usted tiene la mejor opinión.

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