viernes, 1 de marzo de 2019

NOTA CON FOTO

Palomas urbanas bajo  tutela y venta
furtiva, en Chilpancingo roban pichones
Tino Gatica.--En tanto que países tan distantes como España y Argentina cuentan con mecanismos en defensa de las palomas urbanas, en Chilpancingo, México, son presas de “ladrones” solapados quizá por las autoridades que posiblemente formen parte de una red de restauranteros en este giro; en contrapartida, estas aves son consideradas como plagas y portadoras de parásitos como los “corucos” y pulgas.
La polémica ocasionada por unas fotografías de unos pichones cazados por desconocidos, de nuestro colega Domingo Francisco Reyes propició  se volvieran viral en las redes digitales y al darle seguimiento es que se pudo constatar que este mismo fenómeno está en boca de habitantes de Chilpancingo. Supongo que también los pichones están en boca de quienes pag
an por esa ave, que posiblemente no sabían de su origen…o que no les interesa como a nuestras autoridades.
Las gráficas virales, en menos de cinco días, ya que se publicó en lunes 25 de febrero por la tarde en la edición 5780 de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo y hasta hoy viernes 1 de marzo a las 13:23 horas tenía 98 mil 950 personas alcanzadas; 20 mil 052 interacciones; 47 comentarios; 811 vecescompartido y 239 reacciones.
Lo cierto es que estos pichones, que tienen su mitología propia, con una huella asociada al ser humano, en la actualidad tienen defensores y atacantes a ultranza, sin embargo son más quienes codician, hacen escarnio y sugieren su exterminio. Con razón o sin ésta, es en España en donde se ha dado una investigación formal, seria y respetable sobre el abuso de estas aves, en donde pocas organizaciones en su defensa tienen diagnósticos de la importancia de su existencia.
“Mis Amigas Las Palomas”(MALP) y “Acabemos con el maltrato a las palomas” son dos grupos españoles que abogan con argumentos de por medio sobre la protección a este animal. En tanto que en Argentina se tiene en Internet a otra asociación civil sin fines de lucro denominada “Pájaros Caídos”, en cuya justificación exponen también esta defensa, su cuidado, e incluso pormenoriza sobre distintas especies voladoras del tronco común de la paloma urbana.
En tanto que en esos dos países se aplican mecanismos para la defensa y protección de esta paloma urbana, identificada genéricamente por “pichón”, en nuestro México no se tienen lineamientos que protejan a este ejemplar. No se le considera silvestre ni que esté en riesgo de extinción ni es un ave de magníficos plumaje ni que su carne sea exótica ni tenga  propiedades curativas.
Otra situación en contra es que de acuerdo a otro peatón, conocido de este reportero, indicó que “esos pichones son bien cochinos, se multiplican por montones y propagan varias insectos como los corucos; cuando hacen sus nidos, de inmediato se llenan de éstos. Antes de que se cambiara el personal de Palacio Municipal al que era Palacio de Gobierno y ahora es conocida como Palacio de la Cultura, había muchos nidos con pichones que volaban, tirando esos parásitos (además del excremento que depositaban en donde se posaban). Y luego, yo como tengo gallos de pelea, llegan parvadas de palomas a quitarles su comida”.
Después de estas exposiciones, propiciadas por la discusión virtual en una de las páginas de este periódico, con aproximadamente 50 comentarios y llegando a mil “compartir” además de casi cien mil “vistas”, se deja en claro que se tiene que legislar en esta especia animal porque no dejan de ser víctimas de una caza furtiva, posiblemente de propietarios de restaurantes que no quieren criarlos con ese fin, sino de pagar para que les lleven de esas palomas urbanas, que ya han perdido su instinto dejándose atrapar mansamente.
En esta administración federal, estatal y local con nuevos legisladores y legisladoras, con servidores públicos, supuestamente con intenciones de estructurar una forma de gobierno distinta a las ya conocidas, es un reto que se aboquen a la defensa de estas aves, para que se inhiba esta caza perversa.

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