viernes, 30 de agosto de 2019

ARTÍCULO

El nuevo desorden
mundial
Apolinar Castrejón Marino
Al inicio de los años 90s, había muchas organizaciones, que se asumían como “populares” y “ciudadanas”, pero sus arengas y discursos carecían de atractivo para la opinión pública.
Sus líderes tuvieron que aceptar la urgencia de abandonar esas banderas que ostentaban la “Hoz y el Martillo”, y dejar de hablar de expropiación de latifundios, reformas agrarias, y la desgastada fórmula de lucha de clases. Pero no acertaban qué hacer.
En el año 1992, importantes acontecimientos políticos vinieron a darles el gran impulso que necesitaban: El 12 de octubre de 1992 en Bolivia, 458 Organizaciones no gubernamentales (ONGs), surgidas espontáneamente, realizaron la primera gran marcha “indigenista”.
Casi simultáneamente, en Argentina se realizó la “Primera marcha del orgullo Gay”, convocada por el feminismo rad
ical de inspiración lésbico-marxista, inspirado en el libro El género en disputa: Feminismo y subversión de la identidad, de la escritora Judith Butler, considerado “La Biblia” de todos los movimientos de “ideología de género”.
También en el año 1992 en Río de Janeiro, Brasil, se llevaron a cabo las primeras manifestaciones de “ecologismo popular”, para debatir la que llamaron “deuda ecológica”, con la participación de mil 500 organizaciones de todo el mundo.
¿Que tenían en común estos “movimientos”? ¿Por qué se realizaron en el mismo año? En Europa, el imperio comunista fue descuartizado y separado en pequeños países, y las consignas mundiales quedaron huérfanas, desacreditadas, envilecidas, sin banderas, y sin “revolución” que defender.
Mientras tanto, en América, un coronel del ejército de Venezuela llamado Hugo Chávez, encabezó un golpe de Estado, con el sano propósito de matar al Presidente Carlos Andrés Pérez.
Fue un rotundo fracaso, pero como mataron a 20 compatriotas, Hugo Chávez fue a dar a la cárcel, condenado por dos años. Pero por razones desconocidas, Chávez ganó fama y celebridad, y siete años después llegó tranquilamente a ser Presidente de Venezuela; con un gran margen de popularidad.
Estos movimientos extraños, “espontáneos” y novedosos, aparentemente inconexos, que se realizaron en distintos lugares del mundo, vinieron a revitalizar a esos grupos contrarios al orden mundial: Políticos perdedores, escritores de medio pelo, “juniors” enemigos de trabajar, filósofos y artistas mediocres.
Y empezaron a reclutar a toda la gente con ideas de rebeldía, o que sintiera impulsos izquierdistas. Empezaron a realizar sesiones políticas e “ideológicas” infectadas de una cosmovisión retorcida, para darle nuevos impulsos a viejas ideas, con el propósito de modificar radicalmente la mentalidad de la sociedad.
Empresarios explotadores, banqueros estafadores, y pandillas juveniles se sumaron a la nueva corriente de pensamiento, y contrataron los servicios de manipuladores profesionales, comunicadores tendenciosos y publicistas con ideas retorcidas para acabar de atarantar a la gente.
Los partidos políticos también aprovecharon para maquillarse, con la intención de reciclarse, con nuevos argumentos y causas. El discurso de la “izquierda” reemplazó las condenas clasistas, y la solidaridad con los explotados, por el amor a la naturaleza y la conmiseración por los indígenas.
Así, los dirigentes de “la izquierda” se apoderaron pacíficamente de la mentalidad de los latinoamericanos sin necesidad de las balas guerrilleras, y comenzaron a capturar las almas de ciudadanos atormentados y  marginales.
Sin proponérselo, ese militar sin ideología, llamado Hugo Chávez, contribuyó significativamente a perfilar la nueva ideología. El 27 de febrero de 2005, siendo Presidente de Venezuela, en su programa televisivo “Aló Presidente”, convocó a los intelectuales orgánicos, a “...inventar el socialismo del siglo XXI, con los ajustes necesarios, de acuerdo a las condiciones del nuevo siglo”.
Los gobiernos “democráticos” se dedicaron a convencer a los ciudadanos de la “fuerza” de las papeletas electorales, y los líderes opositores de la “fuerza” de las organizaciones “no gubernamentales”. Todo quedó listo para para lanzar a los “activistas” a la provocación de la sociedad y de los gobiernos…con total impunidad.
Porque nadie puede oponerse a los reclamos de apariencia justa y noble, como la igualdad, la inclusión, el indigenismo, el humanismo, y la ideología de género.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.