martes, 20 de agosto de 2019

COLUMNA

Centro…!
Arturo Ríos Ruiz
Caso Robles revive la historia
Hay nuevos en el deporte nacional; la corrupción

René Bejarano no podrá sacudirse la imagen de las ligas y fajos de billetes que apurado acomodaba en sus bolsillos, hasta nervioso se veía en el video ante tanto dinero y el taimado ahumada disfrutaba que, con ello, le colocaba la soga.
Con ese suceso filmado, Rosario Robles firmó su sentencia que parecía no llegaría, ella propuso a Carlos Ahumada para mecenas del endeudado PRD de la época, hoy en el abismo político de su vida.
En una columna se coló un supuesto diálogo entre la dama y ya saben quién; analizaban la terrible situación económica del partido que ella lideraba; La señora expresó ante él: “Ya sé quién ayudará al partido” y que la respuesta fue: “Tu resuélvelo, yo no sé nada”. Pero sí sabía, fue el aviso de: si sal
e mal, tú la pagas.
La jugada falló, el secretario particular, Bejarano, de quien ya sabemos, se hizo famoso y enlodó la imagen del partido y muchos salieron raspados; el mismo René se fue a la cárcel un rato; luego se supo que Salinas, Diego y Doring, fueron los artífices de semejante jugada en la que se prestó el argentino Ahumada.
Se corrió a sotto voce, lo de las ligas entre los perredistas con poder, él, que aún no era público y Carlos Imaz, entonces esposo de Claudia Scheinbaum, a la sazón delegado en Tlalpan, fue por lo suyo con Ahumada y debutó en papel menos estelar con billetes, más tarde le tocó a Graco Ramírez, quien astuto ante el riesgo de los videos anunció que él le había prestado 50 mil pesos.
Ahumada ya no pudo decir si fue esa suma u otra mayor, ya estaba en manos de la justicia sin poder replicar. Tenía que aguantar; sabía en la que se había metido.
Una vez tatemada doña Chayo, se sumó al equipo de su cuate José Cárdenas en Radio Fórmula y desde ahí tenía su aparador y su defensa en su sección dentro del noticiero denominada “Aroma de mujer”.
Resurgió con Peña Nieto, en ligas mayores, titular de la SEDESOL, después a SEDATU y ya con la marca de Peña Nieto que hasta su hija llegó a dirigir el PRI.
Aunque sin pena ni gloria; pero era la exhibición del poder que tenía Rosario y se coronó como parte importante de la Gran Estafa.
Ahora de ella dependen el mismo Peña Nieto, Videgaray, Meade y Luis Miranda, compadre del ex presidente entre los cercanos y quien sabe cuántos más.
Por cierto, hay un decir que debería ser comprobado: que Luis Miranda compró una casa en 50 millones, la derribó y construyó otra en similar o más cantidad, porque la quería a su gusto y solo le interesaba la ubicación.
rrrart2000@hotmail.com y Facebook

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