lunes, 26 de agosto de 2019

COOLUNA

De Frente
Miguel Ángel Mata Mata
Divina y Omar. Omar y Divina.
1.
--- ¿Y a mí por qué? Nomás fui de mitotero.
2.
Divina Minerva Castro Flores, es una reportera menudita. No más de un metro con sesenta centímetros, incluidos los tacones. Omar Villegas es un joven reportero que le acompaña en una lucha por justicia y democracia.
El viernes pasado nos invitaron a cubrir la nota. Tomaron las oficinas de un edificio sindical, donde les impidieron participar en el proceso de renovación de la dirigencia. La misoginia y homofo
bia fueron causa de que les negasen el registro como planilla.
Quisieron quejarse ante las autoridades del trabajo. Les informaron que no podrían recibir una queja en contra de un sindicato que, desde hace cinco años, no cuenta con registro ante el gobierno federal ni en las juntas locales de conciliación y arbitraje.
Decidieron luchar y tomaron las oficinas de esa agrupación, la noche del pasado viernes 23 de agosto.
3.
Llegaron con una cubeta con pintura vinílica. Les acompañaban tres o cuatro pintores contratados ahí mismo, en el barrio. Se metieron al local y sacaron a un joven llamado Servando, quien en sigiloso idilio fue sorprendido en el momento casi preciso. No consumó el acto.
Quiso desquitar su ira contra Divina. Exigió le devolvieran los hielos y la botella de güisqui. Los pintores la defendieron a ella.
4.
Llegamos como diez reporteros. Ellos, Divina y Omar, encerrados en el edificio. Los pintores, brocha en mano, dejaban en blanco los muros. Hasta ellos llegó, otra vez, el joven Servando. Les quiso retratar y video grabar. Zas. Segundo round perdido. Servandito otra vez al piso.
¿Y a nosotros por qué?, preguntábamos, cuando socios de esa agrupación nos reclamaron de la acción de Omar y Divina. Les seguimos la corriente. Los inconformes, encerrados, nomás miraban. Nosotros confirmamos que, incluso en ese acto de protesta, a ésta valiente parejita pretenden borrarla. Ni el derecho a protestar les conceden.
5.
Le llamó por teléfono Julio Vázquez. Alfredo Barrera Ríos llegó acompañado por dos tipos fornidos, altos, y con bolsas terciadas. Metían sus manos a las bolsas y amenazaban: “¡aquí la traemos, aquí la traemos!”.
Alfredo se metió hasta donde estaba la chaparrita Divina. La empujó, zarandeó y la amenazó: “¡Aquí la traigo, Divina, aquí la traigo!”.
De espectadores pasamos a protagonistas. Nos metimos. Le quitamos de encima a Barrera, a la chaparrita. Omar lo empujó y, para afuera.
En el callejón 4 de enero, los dos guaruras de Barrera fueron tumbados por los cuatro pintores.
Ooootra vez. Ahí viene Servandito. Perdió el tercer round. Allá fue a dar.
6.
Nosotros, los que llegamos de espectadores y terminamos como protagonistas, encaramos a quien trajo a los golpeadores, presuntamente armados.
--“¡Sé hombre! ¿Por qué mandaste pistoleros a agredir a Divina?, increpamos a quien, desde que fue agente de tránsito, apodan El Chicharrón. Agachó la cabeza. Huyó. El supuesto pistolero, Barrera, subió a su camioneta y dejó tirados a sus guardias, a quienes, los pintores, preguntaban ¿En dónde está la pistolita que según traías?
7.
Leímos en redes que nosotros, los espectadores, fuimos incluidos en una lista distinguida. Somos diez reporteros acusados de… mirones.
Ya encarrilados, no nos queda otra. Oficio obliga a respaldar a Divina y Omar, reporteros, y dar la espalda a quienes, farsantes del periodismo y con el cuento de ir armados, les quisieron agredir.
Lástima. Huyeron.
--- ¿Y yo por qué?, pregunto Aurelio. También Isaac. Igual Millán. Igual yo y otros reporteros que fuimos a reportear y acabamos como actores y leales seguidores de Omar y Divina.
El relato dicho por las víctimas de éste acoso, puede ser consultado en el siguiente enlace:     
https://www.facebook.com/miguelmatamata/videos/2326615724060394/?comment_id=2326648197390480&reply_comment_id=2327365993985367&notif_id=1566712064281352&notif_t=video_comment

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