jueves, 31 de octubre de 2019

PRINCIPAL DE NOTA ROJA CON FOTOS

Encerrar bueyes y burros evitará
accidentes vehiculares en Apango
Texto y fotos: Tino Gatica/Colaboración Especial.--“Aguas, aguas, con ese pinche burro…”, advierte un automovilista a otro, que estuvo a punto de darle de lleno a un asno, que tranquilamente paseaba, bamboleándose sobre la carretera que comunica a los poblados de Tixtla y Apango. Tener a esas bestias sueltas, ha ocasionado infinidad de accidentes vehiculares, pero quizá al no ser tan aparatosos, menos con pérdidas humanas, no ocasiona medidas preventivas para que sus dueñ
os los encierren.
Sobre todo, hay más semovientes en la entrada de Apango y la comunidad de Atliaca. Al entrar a la cabecera municipal de Apango, en la carretera de entrada, en sus márgenes hay ejidos y ranchitos o “hacienditas” con cercado de madera y alambre de púas. Pero los animales, vacas, burros,  bueyes, de todas las edades, se salen de las puertas.
Es una odisea evitar a uno de esos animalitos que cuando quiere se queda parado a la mitad de la carretera; solamente el claxon de los autos, logran moverlos. Los gritos y sombrerazos ahí no aplican, pues dichas bestias no suelen moverse mucho. A lo lejos, se observa a los presuntos dueños que en sus parcelas no se inmutan de que sus animales sean obstáculo para los visitantes.
Mejor sería que empezarán sus dueños a preocuparse de encerrar a sus bestias, a no ser que desean que se cometa un accidente vehicular de cualquier persona, que llega a Apango en cualquier trámite o asunto, pues si desean que corra sangre, es mala señal, porque en una de malas, puede provocarse un choque cuyo desenlace sea fatal. Y es bueno que las autoridades empiecen a actuar para sensibilizar a esos dueños de semovientes, para no tener cargos de conciencia o que los hagan responsables de no haber actuado a tiempo.

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