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Tú también bruto

Apolinar Castrejón Marino
¿Y por qué decimos “Tú también Bruto”? Porque esas fueron las últimas palabras que pronunció el político y militar romano Julio César, cuando fue asesinado a cuchilladas en la puerta del Senado de Roma.
Ahí se reunía buena cantidad de gente, y ese 15 de marzo del año 44 antes de nuestra era, sus enemigos se pusieron de acuerdo para aprovechar la multitud, y asesinarlo. 6 confabulados, lo rodearon, y uno llamado Casca le asestó la primer puñalada en el cuello. Un antiguo colaborador suyo llamado Casio también lo apuñaló por la espalda.
Como era un hombre corpulento y tenía entrenamiento militar, pudo sacar un estilete para defenderse, hiriendo a 2 de sus enemigos. Pero en pocos instantes, recibió 23 puñaladas. Como dice el corrido mexic

ano de Rosita Alvírez, “El día en que lo mataron, Rosita estaba de suerte, de 6 tiros que le dieron, no´más uno era de muerte”. Una puñalada en la espalda le perforó el pulmón, y con eso tuvo.
Uno de los últimos en atacarlo fue su sobrino Bruto. Y al reconocerlo entre los traidores le dijo ¿“Tú también Bruto”?
Por regla general todos tenemos enemigos, y para efectos prácticos, lo mejor es saber quiénes son, para saber de quién cuidarse. Algunos ingenuos que se creen amados absolutamente, y que nadie los odia, han muerto llevando en su rostro un gesto de incredulidad, y pronunciado las palabras del clásico romano: ¿Tú también Bruto?
De manera sinóptica podemos decir que nuestros enemigos nos odian por razones de rivalidad, porque nos interponemos en su camino, o por que representamos una amenaza para sus intereses.
Pero lo más peligroso es tener enemigos encubiertos, porque no estaremos prevenidos contra sus ataques. Entre nuestros amigos, compañeros, incluso entre nuestros familiares, hay alguien que tenga odio hacia nosotros, pero no lo demuestra, sin embargo se alegra de nuestros fracasos y de manera oculta, contribuye con nuestros enemigos.
Y más allá de nuestro nivel personal, las personas públicas se ven rodeadas de gente que les expresa una falsa amistad. Pero el grupo más numeroso es el de quienes se oponen a su papel de gobernante, porque interfiere con sus privilegios e intereses, el Presidente de México les ha llamado reaccionarios.
El pueblo no es tan diplomático, y utiliza otros adjetivos más realistas. Entre los “comunicadores” de televisión y radio, se identifican algunos, cuya “opinión” de las acciones emprendidas por el Presidente, es indefectiblemente, negativa. Desde su “espacio” en la televisora “Milenio” Azucena Uresti destroza a AMLO, sus expresiones y su actividad. Y la gente la califica de “perrita”.
La “analista financiera” Maricarmen Cortés, con sus “chalanes”, y el presentador de noticias Pepe cárdenas, con toda su runfla de invitados, cuidadosamente seleccionados por su conocido aborrecimiento a Andrés Manuel, como Francisco Martín Moreno, María amparo casar, Jorge Castañeda, y un cadáver que se presenta ahí a espantar, que cuando vivía respondía al nombre de Jorge Berry.
Otros “perritos” se presentan  con Leonardo Kourchenco, en su programa “La Silla Roja”, en donde les “rasca le lengua” a sus invitados para que se expresen todo lo mal que pueden de AMLO. Javier Risco en su programa “La Nota Dura” busca sus invitados, y plantea cuidadosamente que reprueben todo lo relacionado al Presidente. Pero algo le falla, porque a veces, los invitados se expresan bien de López Obrador, y Risco se emociona, y también empieza a expresarse positivamente.
Carlos Marín, Fernanda Familiar y Ricardo Alemán, ya se encuentran fuera de este mundo, pagando su fobia enfermiza hacia López Obrador. De lo cual debieran tomar ejemplo locutores y presentadores perros., quienes se guían por el falso enfoque de que los periodistas deben incomodar a sus entrevistados con preguntas, e informar “de todo” a la ciudadanía.
A nivel local, tenemos en Chilpancingo, muchos “perritos”, que utilizan los programas de “noticias” para destilar su veneno, todos los días. Juan José Contreras y Federico Zariñana son el mejor ejemplo. Y hacen muy buena dupla, pues como los “perros de rancho”, cuando alguien se acerca, o en manada, ladran mucho. Pero cuando está uno solo de estos “comunicadores” le bajan a sus ladridos.