miércoles, 18 de diciembre de 2019

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA CON FOTO

Pillaje, simulación, nepotismo
y corrupción, con Astudillo F. 
La corrupción que ha padecido el estado de Guerrero durante décadas, tiene ahora a esta entidad en quiebra. El gobernador Héctor Antonio Astudillo Flores que recibió “un estado en llamas” y saqueado, tampoco ha hecho mucho para mejorar lo ya existente, por lo contrario, insisten en continuar con la política de pillaje y simulación a las que los gobernantes priistas están habitu
ados.
La quiebra sistemática del estado de Guerrero se evidencia en la falta de generación de empresas, de trabajos bien remunerados, de producción y desarrollo local. El dinero que circula en Guerrero, un estado expulsor de migrantes, es el de las remesas que envían los guerrerenses en Estados Unidos.
Pero también ésta quiebra se refleja en la imagen abatida, cabizbaja de un gobernador que ya parece haber perdido el rumbo y la esperanza de hacer algo bueno por sus paisanos, si es que alguna vez tuvo esa intención. Parece pues un gobernador—Astudillo Flores--que está a la fuerza, que ya quiere que se acabe su periodo que no parece disfrutar. La situación de Guerrero es grave y ya no es posible intentar ocultarla simulando que se vive en Disneylandia como dijera aquél clásico costeño.
Apenas este día el gobierno de Estados Unidos emitió una alerta de viaje para pedir a sus ciudadanos abstenerse de visitar Guerrero. Este es un golpe muy duro a la ya de por sí arruinada economía turística de la entidad, pues la alerta llega justo al inicio del periodo vacacional de diciembre. ¿Qué dirá sobre esto el señor Astudillo Flores y los alcaldes de los principales municipios turísticos de la entidad, con qué le harán frente a esta afrenta a la economía local?
Seguramente y para variar, saldrán a decir que la violencia ha disminuido, que está focalizada, que hay mucho trabajo, que las inversiones están llegando, que sólo es la mala leche de algunos, que el gobernador trabaja muy duro, que todo eso es mentira. Así le harán y seguirán con el autoengaño, con sus fantasías, con sus delirios, porque la gente ya no cree en nada de lo que digan.
Hace más de diez años no se instala en esta entidad ninguna gran empresa, lo que sostiene la economía local, asolada por el crimen y la corrupción institucional, son las microempresas y los changarros como decía el odiado Fox.
En resumen, el gobierno del priista Héctor Antonio Astudillo Flores ha fracasado en garantizar la paz, la seguridad, la justicia y el bienestar de la gente.
Pero mientras los guerrerenses, en esta fiestas decembrinas, van a cenar croquetas de atún y picadas de queso, los que sí van a pasarla bomba son la parentela del gobernador, sobre todo sus hijos que han hecho “negocios” variados pillando con el dinero público, también en esa lista se encuentra el secretario de Finanzas, Tulio Samuel Pérez Calvo, pariente de la esposa del gobernador, Mercedes Calvo Elizundia, como para que no se note el nepotismo.
La quiebra estatal por el pillaje del gobierno de Astudillo Flores, genera frutos y ejemplos que son imitados.
En los municipios también se reproduce de la mejor manera el buen ejemplo de la familia Astudillo-Calvo. Alcaldes, síndicos y regidores se desviven no por mejorar las condiciones de vida y de desarrollo de sus localidades, sino en ver la manera de saquear las arcas públicas lo más posible, por medio de los más absurdos y variados pretextos. El resultado es que los 81 municipios de Guerrero arrastran deudas de todo tipo y falta de liquidez, sin hablar del nepotismo que el señor gobernador pregona.
ACAPULCO, GOBIERNO INEFICAZ
Acapulco es un penoso ejemplo de esta escuela del pillaje y mal gobierno. Cuando se pensaba que con la llegada de un gobierno de Morena los acapulqueños iban a mejorar después de las pesadillas vividas con los exalcaldes Félix Salgado Macedonio, Manuel Añorve Baños, Luis Walton Aburtoy el super mañoso Evodio Velázquez Aguirre, resulta que no es así, pues las malas prácticas de gobierno solo cambiaron de partido y de color.
En esencia, la alcaldesa de Morena Adela Román Ocampo sigue actuando igual de ineficiente que sus antecesores. El resultado es un municipio en bancarrota, con deudas históricas impagables que constantemente medran el presupuesto público. A la fecha, el municipio no puede pagar ni a sus trabajadores, mucho menos los servicios de los que dispone.
Una pésima planeación del gasto público enfocado más al relumbrón que a contener los problemas reales de este municipio, lo ha llevado a la necesidad de solicitar préstamos bancarios que sólo resuelven momentáneamente los problemas dejando huecos financieros que más adelante volverán a lesionar el gasto público. Un cuento de nunca acabar.
No obstante, pese a sus incumplimientos, la alcaldesa de Acapulco tiene aspiraciones de continuar en otro cargo público, quizá sueña con llegar a gobernadora, pero si no puede solventar la  crisis de pagos que arrastra su administración, no sé ve cómo pueda tener la capacidad para gobernar un estado, si Astudillo con todo y sus triquiñuelas no pudo, quien sabe Adela. Pero antes de soñar, primero necesita resolver su realidad. (bajopalabra.com.mx).

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