viernes, 31 de enero de 2020

ARTÍCULO

La constitución
de Don Venus
Apolinar Castrejón Marino
¿Y por qué decimos “El que no conoce a Dios, a cualquier barbón se le inca”? bueno, eso de la barba, es algo que debe respetarse. Y nos estamos acordando de un barbón que pronto estará de fiesta, Don Venustiano Carranza, a quien sus cuates le decía “El Barón de 4 Ciénegas”, y otros lo llamaron “El Mártir de Tlaxcalaltongo”. Luego les direm
os por qué.
Decimos que estará de fiesta porque en la Ciudad de Querétaro, el 5 de febrero de cada año, se conmemora por todo lo alto, la Promulgación de la Constitución Política.
Mientras a los pobres estudiantes les da el sopor, entender y aprender las fechas históricas y los nombres de nuestros héroes, a la gente que viaja, y conoce los lugares que fueron escenarios de los hechos históricos, aprende historia de manera agradable y significativa. Vamos a probar esto.
Pongamos por caso de Querétaro. En el centro de la ciudad se encuentra la Plaza de la Constitución, muy amplia y majestuosa, con sus baldosas, bancas perimetrales, y pedestales de cantera rosada. En el extremo poniente, dominada por una estatua de más de 2 metros, de Don Venustiano Carranza.
A espaldas de la estatua se encuentra el Teatro Iturbide, recinto oficial donde se reunió desde el 1 de diciembre de 1916, el Congreso Constituyente, que contó con diputados de todos los estados y territorios federales del país, con excepción de Quintana Roo.
También fueron excluidos los villistas y zapatistas, por considerarlos demasiado “radicales”, a pesar de que fueron sus demandas las que obligaron a adoptar el constitucionalismo. Eso no impidió que en el artículo 27 se legalizara el reparto agrario, que no estaba en los planes del movimiento carrancista.
Continuando con nuestra crónica de los lugares históricos de la Ciudad de Santiago de Querétaro: enfrente de la Plaza de la Constitución –calle de por medio– se encuentra el museo “Casa de La Corregidora”, en donde se puede apreciar la habitación donde su esposo la encerró, para que no se reuniera con los conjurados que buscaban la independencia.
Andando por los corredores de la casa, el guía de turistas dice en voz baja, y en tono de picardía, que en otra habitación se entrevistaban Doña Josefa, con Ignacio Aldama, “…y quién sabe qué hacían”.
Nos quedamos un poco pensando de verdad qué hacían esos 2 héroes de la historia mexicana. Y entonces recordamos unos versos que escuchamos en un huapango de aquellos lugares: “Quise mucho a una mujer, que se llamaba Josefina. Tanto me llegó a querer, que me llevó a la cocina, y allí me dio de comer, 2 piernotas de gallina”.
Pongámonos serios, y mencionemos que para la promulgación de la Constitución, estuvieron representadas las diversas fuerzas políticas: los carrancistas o “renovadores”, como Luis Manuel Rojas, José Natividad Macías, Alfonso Cravioto y Félix J. Palavicini; los protagonistas o “radicales”, como Heriberto Jara, Francisco J. Múgica, Luis G. Monzón, y también los independientes.
La constitución promulgada por Don Venustiano Carranza, tuvo como antecedentes la Constitución de Apatzingán de 1814, la Constitución Federal de 1824, y la Constitución de 1857. Les pusieron unos parchecitos por aquí, unos recortes por allá, unos borrones y unos tachones; al fin que la mayoría de mexicanos ni siquiera sabían leer ni escribir.
Y como a los políticos les gusta darse sus guayabazos, dicen que la Constitución de 1917, es una aportación mexicana, al constitucionalismo universal, porque fue la primera que incluyó derechos sociales​, en los artículos 3, 27 y 123, producto de las demandas de las clases populares que protagonizaron la Revolución mexicana.
En el centro histórico podrás ver también el Museo del Arte, en el interior del convento de San Agustín, donde se encuentran las obras de Miguel Cabrera y Cristóbal de Villalpando, la Casa de la Marquesa, el Andador Libertad, la Fuente de Neptuno y la Catedral.
Otros sitios de gran interés en el perímetro de la ciudad son: El Cerro de las Campanas, lugar donde fue ejecutado el Emperador Maximiliano, el Templo de La santa Cruz, donde el emperador derrotado, permaneció prisionero esperando su sentencia. Por cierto, hasta ese lugar, llegaban diariamente muchas personas a visitarlo, especialmente damas, quienes lo admiraban por su porte y refinamiento.
En el Panteón de los queretanos ilustres se encuentra una estatua que sobresale entre todas, que es El Marques, personaje que realizó las más grandes obras arquitectónicas y esculturales.

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