Cosmos
Héctor Contreras Organista
Romance del Juramento Inútil
Con motivo del Día del Amor
Yo no te juro que te amo,
amor, que los juramentos
son agua que arrastra el río,
hojas que se lleva el viento,
piedras en pozo sin fondo;
golondrinas sin alero,
que llegan con el Estío
y se van con el invierno;
nubes que se desmadejan
en hilos que absorbe el suelo;
flores que se abren al sol
y que el sol calcina luego;
son… un poquito de nada:
humo, niebla, sombra, sueño.
Los juramentos de amor,
no entran en el dulce juego
de lo tuyo y de lo mío,
¡de lo nuestro,
que se alimenta de ausencias,
de distancias y de besos,
de zozobras y esperanzas,
de desamparos y miedos!
¡Amor de puñal caliente
clavado en el pensamiento
que pinta lunares rojos
en cada poro del cuerpo!
Jurarte, ¿qué?, ¿para qué?
¿Hace falta un juramento
para creer en mi amor?
¿No llega hasta tu silencio
mi voz de angustia apagada,
mi triste clamor sin ecos,
mi grito de soledad
y de ruegos,
porque me guardes en ti
y te me quedes adentro?
¿Porque tu raíz arraigue
en mi carne y en mis nervios?
¿No lo has leído en mis ojos,
cuando te veo?
¿No lo has bebido en mis labios,
cuando te beso?
¿No lo has sufrido en mis dientes,
cuando te muerdo?
¿No lo has gozado en mis manos,
cuando las hundo en tu pelo
y te recorro la piel,
con caricias de cauterio?
¿Y en los nombres que te nombro?
¿Y en las ternuras que invento,
para que todo lo mío
te suene a sonido nuevo?
¡No necesito el apoyo
de un juramento,
ni el Santo Nombre de Dios,
ni la mano sobre el pecho,
ni la señal de la Cruz,
ni la sagrada memoria
de mis muertos,
ni arrodillarme ante ti,
ni volver la cara al cielo,
ni besar la hierba fresca
que pisan tus pies sedeños!
Porque lo que hay que probar,
probado está: ¡que te quiero!
Porque lo que hay que decir,
está dicho: ¡que te quiero!
Porque te quiero,
porque yo sé que te quiero.
Porque callándolo en vida
o hasta la muerte diciéndolo,
¡con juramento y sin él,
tú sabes cuánto te quiero!
Autor: Eduardo Fernández
López
(Martín Galas Jr.)
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